|
Michelle Leung |
Michelle Leung (26 años) es
licenciada en Medicina por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Actualmente se encuentra en Oviedo especializándose
en Cirugía Torácica. Consideramos que
historias como la de esta joven, natural de San Fernando de Maspalomas, que cuenta con un brillante expediente académico pueden
resultar de interés para futuros estudiantes de medicina y sobre todo porque quisiéramos
desde Maspalomeros aportar nuestro granito de arena para eliminar esa nefasta imagen
que se ofrece a menudo de los jóvenes en los medios de comunicación (generación
Ni-ni).
Buenos días Michelle, ¿Cuándo decides que vas a estudiar medicina? ¿Qué te
motivaba por aquel entonces?
La decisión
fue durante el Bachillerato. Siempre me había llamado la atención la rama
científica, y aunque no sabía exactamente que al final acabaría haciendo
Medicina, sí que me gustaban las Ciencias Naturales, en concreto la Física y
también la Biología podían haber sido opciones posibles. La realidad es que no
soy de las típicas personas que tuvieran claro desde la infancia que acabaría
siendo médico.
¿Cómo fueron esos años de carrera? ¿Son tan
duros como los pintan?
La carrera
requiere esfuerzo. Supongo que como todas las carreras, pero en concreto la
Medicina, aparte de esfuerzo requiere tiempo, y mucho. El tiempo pasa rápido
cuando miras hacia atrás, pero sabes que has invertido trabajo, esfuerzo y
momentos de tu vida que tal vez te hayas perdido por tener que estudiar. El no
haber tenido la vida social que te gustaría o el ver que los demás evolucionan
a un ritmo alarmante, mientras tú sigues estando en el mismo punto: estudiante
de Medicina.
¿Fue un hándicap vivir en el sur de
la isla (horarios, transporte, dinero)?
Por supuesto
eso siempre es un hándicap. La isla es maravillosa, pero en cuanto a
infraestructuras, he de decir que no es fácil la accesibilidad a los estudios.
Posiblemente, en comparación con otros países, sea un lujo la oportunidad de
poder estudiar perteneciendo a una familia de "clase media", válgame
decirlo, pero sí que es cierto que recuerdo con ahínco el madrugar mucho para
coger la guagua, el buscarme la manera posible de poder compartir coche y el
dinero que se gasta en la única compañía que monopoliza el transporte público
en la isla. Afortunadamente, no he tenido problemas económicos para poder
continuar con mi actividad universitaria, pero eso es una suerte de la que no
todos podemos disfrutar.
Al terminar la carrera ¿ya sabias qué
hacer? ¿Por qué te decantas por la cirugía torácica?
Una vez que
entras en Medicina, muy pocas salidas tienes. Como se suele decir, "pa
lante como los de Alicante". Si has estudiado en España, a no ser que te
retires completamente de la Medicina, vas muy enderezado a examinarte en las
oposiciones del MIR. Mi ilusión por la Cirugía Torácica comenzó con mis
primeras prácticas hospitalarias, en tercero de carrera fue la primera vez que
entré a quirófano (a una toracoscopia), y ahí descubrí que efectivamente, me
gustaba el ambiente quirúrgico. Después, en el último año, elegí como libre
elección las prácticas en el Servicio de Cirugía Torácica del H Insular, y tan
bueno fue el trato, la docencia, el interés por la patología pulmonar y las
distintas cirugías que vi, que en efecto, lograron convencerme para decidirme
por ella.
Ahora mismo te encuentras en Oviedo ¿Cómo fue
la adaptación a la ciudad? ¿Algo que eches de menos de Canarias?
El proceso
de adaptación es duro para cualquier persona. Pienso que más aún para los que
nos desplazamos desde lejos para trabajar, no sólo el simple hecho de pasar de
ser estudiante y comenzar tu vida laboral, sino también de empezar con una
nueva vida, nuevas relaciones humanas, un nuevo ambiente y por supuesto, una
comunidad diferente. He de decir que me encanta Asturias, y salvo por el
tiempo, estoy muy satisfecha de mi decisión. Creo que somos jóvenes, y debemos
entender que este es nuestro momento para explorar nuevos horizontes, y no
tener miedo a salir de las islas, porque sabes que siempre estarán ahí. Lo que
más se echa de menos es la familia. Después viene el sol, y por supuesto, el
trato de la gente canaria, que no lo vas a encontrar en ninguna otra parte.
"Vivir en el Sur a la hora de estudiar es un hándicap en cuanto a infraestructuras, no es fácil la accesibilidad a los estudios".
¿Cómo es tu rutina de trabajo allí?
En cuanto a
la rutina no hay mucho que mencionar, básicamente tenemos horarios de
funcionarios, salvo nosotros que somos médicos residentes, que en la mayoría de
los casos, pasamos por situaciones complicadas y muchas veces tenemos que
quedarnos más tiempo del debido trabajando en el hospital. Pero es así, te
beneficia a ti para aprender más y beneficia al sistema. No hay quejas, es por
lo que todos hemos pasado y así debe continuar siendo. Claro que también tienes
tu descanso, que aprovechas al máximo una vez empiezas a trabajar, porque
empiezas a apreciar lo valioso que es el tiempo, ese tiempo libre del que tanto
careces.
¿Cómo calificarías la situación actual
del sector sanitario en España?
Considero
que si lo comparamos con otros países, España tiene una buena sanidad pública,
pero siempre se puede mejorar. Sí es cierto que en los últimos años y a la par
con los cambios políticos, no ha habido buenas reformas y cada vez ha ido
empeorando la calidad asistencial, el aporte económico, las condiciones
laborales, las listas de espera... Es algo que se debe cambiar desde su origen,
desde ser competentes en cuanto a la gestión.
¿Crees que hay futuro para los
estudiantes de medicina en España?
En la
Medicina siempre hay futuro, es apostar por lo seguro. Posiblemente no haya
después tanto trabajo como se piensa para trabajar en nuestro país, o tal vez
las condiciones no sean las que uno espera, pero reitero que no debemos tener
miedo a dar el salto.
¿Quieres comentar algo más antes de
finalizar?
Agradecer a
Samuel el hecho de haberme elegido para realizar esta entrevista. Por otra
parte, termino convenciendo a aquellos que vean la medicina como una opción
posible, advertirles de que es un camino arduo y sacrificado, largo y en el que
muchas veces se pasa mal, pero cada día encuentras algo gratificante a nivel
humano que te ayuda a continuar y que también satisface ese afán interno por
seguir aprendiendo.